sábado, 8 de agosto de 2015

Licitación de proyecto en la zona del embalse de La Bolera

La CHG licita un proyecto para prevenir incendios en montes públicos en la zona del embalse de ‘La Bolera’ de Pozo Alcón 

Dentro del proyecto también se recogen trabajos en el embalse del 'Qiebrajano' en Valdepeñas de Jaén y en la zona de 'La Ropera' en el Parque Natural de Andujar.
Según subraya la Confederación, con estos trabajos se persigue garantizar la persistencia de estas masas de monte, de alto valor protector, evitando procesos erosivos que conlleven pérdidas de suelo y disminución de su biodiversidad.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha licitado por un importe de 949.247,88 euros un nuevo proyecto para la ejecución de actuaciones preventivas contra incendios forestales y lucha contra el cambio climático en los montes jienenses propiedad de este organismo. Los trabajos se desarrollarán en 2.000 hectáreas de los entornos de los embalses de La Bolera y el Quiebrajano, así como en la zona de La Ropera.
 
Se trata del segundo proyecto que se va a desarrollar en la provincia de Jaén, donde la CHG está movilizando casi dos millones de euros para realizar actuaciones preventivas frente a incendios forestales en montes gestionados por el Organismo, ya sean de titularidad propia o consorciados.
Según subraya la Confederación, con estos trabajos se persigue garantizar la persistencia de estas masas de monte, de alto valor protector, evitando procesos erosivos que conlleven pérdidas de suelo y disminución de su biodiversidad.
La puesta en marcha de estas actuaciones facilitará, además, el acceso a los medios de extinción en caso de incendio, la realización de cortafuegos, líneas de defensa y otras infraestructuras de prevención, el saneamiento de la masa forestal gracias a la eliminación de la materia vegetal muerta o excesiva y la disminución del riesgo de plagas o enfermedades forestales en estos montes.
En el embalse de La Bolera, situado entre Pozo Alcón e Hinojares, se actuará a ambos lados de la carretera asfaltada que atraviesa la finca, incluyendo la zona del merendero-chiringuito y en el camino de acceso al cortijo Curato.
Este nuevo proyecto viene a completar otro que se licitó recientemente y que contempla actuaciones en el entorno de los embalses de Guadalmena, Fernandina, Giribaile, Guadalén, Rumblar y Fresneda (en Ciudad Real).
Desde la devolución de las competencias al Estado en el año 2011, la CHG tiene dentro de sus competencias la intervención y mantenimiento de los montes públicos. Así, ha elaborado los Planes de Prevención de Incendios para las más de 30.000 hectáreas gestionadas por el Organismo de cuenca, con el fin de cumplir con la normativa al respecto, disminuir el material combustible de los mismos y adoptar las medidas preventivas en forma de tratamientos silvícolas, líneas de defensa y áreas de cortafuegos que permitan una prevención eficaz y una reducción del peligro de incendios en estas masas forestales.
Embalse de La Bolera
El embalse de La Bolera amansa las aguas de cristal del río Guadalentín, en un lago artificial de unos seis kilómetros de longitud. Si es verano, es un lugar ideal para disfrutar de un refrescante baño. Existe una zona habilitada para bañistas en la margen izquierda del embalse, cerca del restaurante, que como un balcón y a modo de mirador, se sitúa cerca de la presa. También se puede practicar piragüismo de aguas mansas. Existen varias empresas en la zona que organizan actividades náuticas. La abundancia de aves pescadoras se debe a la variedad y cantidad de peces que hay encontramos en sus aguas: trucha común, trucha arcoíris, carpa, barbo, cachuelo, gobio y colmilleja. Un atractivo recurso alimenticio que también atrae a la nutria, que no es difícil observar entrando y saliendo del agua en sus orillas.
Desde el siglo XIX existía una pequeña presa cerca la Fuente del Guadalentín, donde se encauzaba el agua, a través del Canal de Iturralde, para regar los cultivos de Pozo Alcón, derecho adquirido con la segunda concesión de aguas públicas para regadío más antigua de Andalucía. Sin embargo el azud resultaba insuficiente, por lo que la pretensión de hacer una gran presa para almacenar una cantidad suficiente de agua para abastecer la demanda poceña y de los municipios aledaños, Cuevas del Campo e Hinojares, se convirtió en el principal objetivo de la zona.
Por fin la persistencia política de los mandatarios municipales de la primera mitad del siglo XX tuvo su fruto. En la década de los sesenta se culminó la obra. Desde entonces el embalse acumula agua sin contaminar, ya que no existe ningún tipo de vertido a las aportaciones hídricas de su cuenca. Esto propicia la presencia de una valiosa y variada fauna relacionada con el medio acuático. Entre las aves destacan el somormujo lavanco, el ánade real, la garza real, el cormorán grande y la gaviota patiamarilla. Algunos inviernos también visita el embalse el águila pescadora.
Curiosamente, el principal suministro de agua del Guadalentín no es la que entra por la cola, a través de la Cerrada de la Herradura, ni el del río Guazalamanco, que también desemboca en él algo más abajo, sino que procede de un lugar donde la tradición ha ubicado su nacimiento, la Fuente Valentín, un espectacular nacimiento que sólo es visible cuando, en los años de acentuada sequía, el nivel del embalse baja hasta niveles preocupantes.

 

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